La historia de Mary Bell; Cuando los niños matan a niños:

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Advertencia: este artículo contiene información que puede herir la sensibilidad de algunos lectores. ¿Existe de verdad el Diablo? Es una...

Advertencia: este artículo contiene información que puede herir la sensibilidad de algunos lectores.

¿Existe de verdad el Diablo? Es una pregunta que ha atormentado a la humanidad durante miles de años. Clérigos, filósofos y científicos han intentado determinar qué es lo que lleva a ciertas personas a cometer actos horribles, pero es difícil encontrar una respuesta certera.
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Esto es lo que ocurrió con Mary Bell, una niña de Newcastle (Inglaterra). Nació en 1957 y parecía ser una niña

normal. Pero detrás de su apariencia inocente se escondía una oscuridad insondable. ¿Las personas se convierten

en criminales o acaso nacen así? ¿Qué empujó a Mary a hacer lo que hizo?

Desde el principio, Mary tuvo una infancia difícil. Su madre era una prostituta y nunca conoció a su padre

biológico. El hombre con el que se casó su madre era un ladrón. La madre de Mary le decía constantemente que no

la quería e incluso llegó a intentar matar a la niña, disfrazando esas situaciones como sospechosos accidentes.

Pero Mary sobrevivió y creció en esas horribles circunstancias. Cuando tuvo 11 años, ya lucía como una

adolescente; la razón de su envejecimiento prematuro es simplemente terrible.

Más tarde, Mary reveló que su madre la había "ofrecido" a sus clientes. Cuando Mary solo tenía cuatro años, se

convirtió en víctima de abuso sexual y durante toda su infancia, su madre la vendió a extraños en reiteradas

ocasiones. Debido a los abusos, la pubertad de Mary empezó de forma temprana y comenzó a desarrollar una actitud

agresiva hacia ella misma y hacia cualquiera que la rodeaba.

Cuanto más abusaban de ella y cuanto más violenta era su vida, más crecía el odio y la rabia en su interior.

Hasta que, finalmente, el 25 de mayo de 1968, todo lo que tenía alojado en su interior se manifestó en la forma

de un crimen horrible. Ese día, Mary secuestró al pequeño de cuatro años Martin Brown y lo llevó a una casa

abandonada. Allí, lo estranguló.

La policía no sospechó de Mary en un primer momento y ella pensó que se había salido con la suya. Estaba tan

segura que incluso le preguntó a su madre si podía ir al entierro del niño y así poder verlo muerto en su

féretro.

Pero este no fue el fin de los crímenes de Mary. La niña había matado a Martin ella sola y decidió que buscaría

a un cómplice que la ayudara a matar a su siguiente víctima. Dos meses después, Mary se alió con la niña de 13

años Norma Bell (el nombre fue solo una coincidencia, no estaban emparentadas). Las dos niñas secuestraron al

pequeño Brian Howe de solo tres años y lo estrangularon. Pero en esta ocasión fueron todavía más lejos: con unas

tijeras, hicieron la letra "M" en la barriga del niño y le despellejaron los genitales.


La policía arrestó a Mary poco tiempo después por el crimen; ella se había dedicado a presumir sobre lo que

había hecho y Norma le había dado algunas pistas a la policía. Estando bajo custodia, Mary confesó no solo el

asesinato de Brian, sino también el de Martin. Psicólogos la analizaron y rápidamente determinaron que tenía un

perfil de psicópata. El juicio terminó en solo dos semanas: Mary fue hallada culpable y sentenciada a cadena

perpetua.

Pero Mary solo tenía 11 años, era demasiado joven para ir a prisión. Así que primero la enviaron a un

correccional de menores, donde residió hasta 1969. Sin embargo, nunca se acusó a Norma Bell por el asesinato. El

caso llegó a salir en la prensa nacional; nadie podía creer que un niño pudiera cometer actos de tal crueldad.


Parecía que Mary no tenía absolutamente ningún remordimiento por sus crímenes y hablaba abiertamente sobre como

había agarrado la tráquea y presionado los pulmones de los dos niños. Fue considerada como una amenaza para los

demás presos y fue llevada a una zona separada de la prisión y puesta "a merced de la Reina". Esto significaba

que solo podría salir si había pruebas suficientes de que ya no era una amenaza para la sociedad.

La escondieron de los medios de comunicación y aunque el público sentía curiosidad por saber más sobre ella, hay

muy pocas fotos de ella en la edad adulta.

Mary Bell permaneció en prisión durante 11 años y fue puesta en libertad en 1980. Cuando la liberaron, le dieron

una nueva identidad y la trasladaron a una nueva ciudad para evitar cualquier tipo de venganza por sus crímenes.

Por aquel entonces, tenía 22 años. Cuando más tarde se convirtió en madre, recibió un orden del juzgado por la

que prohibían la publicación de su verdadero nombre en los medios de comunicación. Hoy en día, Mary vive una

vida anónima en una localidad no revelada de Inglaterra. Nadie sabe si la hija de Mary sabe quién es su madre en

realidad.

Esta es una historia horrible sobre muchas infancias destruidas. La propia Mary fue víctima de abusos y

negligencia. Cuando tenía 11 años sintió la necesidad de darle la vuelta a las tornas y liberar su frustración

con víctimas inocentes. Solo podemos esperar que Mary encontrara la paz y haya sido capaz de criar a su hija

para ser una persona mejor.
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